Ojala
 
Ojala que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan
para que no las puedas convertir en cristal,
ojala que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo
ojala qaue la loma, pueda salir sin tí
ojala que la tierra no te bese los pasos
 
ojala se te acabe la mirada constante,
la palabra precisa, la sonrisa perfecta,
ojala pase algo que te borre de pronta, una luz
cegadora, un disparo de nieve, ojala por lo menos
que me lleve la muerte, para no verte tanto para no
verte siempre, en todos los segundos, en todas las visiones,
ojala que no pueda, tocarte ni en canciones (BIS)
 
ojala que la aurora me de gritos que caigan en mi espalda
ojala que tu nombre se le olvide a esa voz,
ojala las paredes no retengan tu ruido de camino
cansado, ojala que el deseo se valla tras de tí,
a tu viejo gobierno de digustos y flores.
 
Pequeña Serenata Diurna
 
Vivo en un país libre,
cual solamente
puede ser libre,
en esta tierra,
en este instante
y soy feliz,
porque soy gigante.
Amo a una mujer clara,
que año y me ama
sin pedir nada,
o casi nada,
que no es lo mismo
pero es igual.
Y si esto fuera poco,
tengo mis cantos
que, poco a poco,
muelo y rehago
habitando el tiempo,
como le cuadra,
a un hombre despierto.
Soy feliz, soy un hombre
feliz y quiero
que me perdones
por este día
los muertos
de mi felicidad.

 

Monologo
 
Favor, no se molesten,
que pronto me estoy yendo:
no vine a perturbarles
y menos a ofenderleos.
Vi luz en las ventanas
y oi voces cantando
y, sin querer, ya estaba
tocando.
Yo también me alegraba
entre amigos y cuerdas,
con licores y damas,
mas ¿de eso quién se acuerda?
Una vez fui famoso,
siempre andaba viajando:
aquí traigo una foto,
actuando.
Me recordaron tiempos
de sueños e ilusiones.
Perdones a este viejo,
perdonen.
 
Ya casi me olvidaba
pero, para mañana,
van a dar buen pescado.
Hoy nos llegaron papas
y verduras en latas
al puesto del mercado.
En cuanto llegue y coma
me voy para la zona,
por lo de la basura.
Como la noche avanza
los dejo con la danza,
el canto y la cultura.
 
Disculpen la molestia,
yo me llevo mi boca.
A mi edad la cabeza
a veces se trastoca.
En la alegría de ustedes
distinguí mis promesas
y todo me parece que empieza.
Favor, no se molesten,
que casi me estoy yendo:
no quise perturbarles
y menos ofenderlos.
Vi luz en las ventanas
y juventud cantando
y, sin querer, yas estaba
soñando.
Vivo en la vieja casa
de la bombilla verde.
Si por allí pasaran,
recuerden.
Silvio Rodriguez
 
 
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