Villancico
en Central Park
Vistió
la noche, copo a copo,
pluma
a pluma,
lo
que fue llama y oro,
cota
de malla del guerrero de otoño
y
ahora es reino de la blancura.
¿Qué
hago yo, profanando, pisando
tan
fragilísimo plumaje?
Y
arranco con mis manos
un
puñado, un pichón de mieve,
y
con amor, y con delicadeza y con ternura
lo
acaricio, lo acuno, lo protejo.
Para
que no llore de frío.
Jose
Hierro
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