Lo
que Stephan Marllarmé quiso decir en sus poemas
Quiso
el viejo decir cuando ya la última lámpara
en
el cuarto estaba apagada
y
el sol no nos veía, la sierpe lanzaba
con
las heces del día al pozo del recuerdo
al
sueño que todo lo borra, al sueño,
quiso
decir el viejo que las leyes
del
amor no son las leyes de la nada
y
que sólo abrazados a un esqueleto en el mundo vacío
sabremos
como siempre que el amor es nada,
y
que la nada
siendo
así algo que con el amor y la vida
fatalmente
rompe, quiere una ascesis
y
es por ello que una cruz en los ojos, y un
escorpión
en el falo representan al poeta
en
brazos de la anda, de la nada henchido
diciendo
que ni siquiera Dios es superior al poema.
En
mis manos acojo los excrementos
formando
con ellos poemas
cerca
estoy ya de odnde sopla el viento
y
odres de vino de mi nombre están llenas.
Mi
ano es todo lo profundo
solo
construye un mundo
un
niño baila en el dibujo
como
la rosa de lo inmundo*
*variante:
fiel a la rosa de lo inmundo
Amanecer
sobre la tumba
En
la playa de la noche
mostraba
mis ojos a las sirenas
que
jugaban impunemente con mi pene
con
el falo que en el lecho maloliente
deshacen
los sueños y cae la piedra
del
pensamiento al suelo.
Persiguiendo
lo humano
Hay
aroma de violaciones en el aire
y
una espalda desnuda se ofrece a los árboles
como
espectros de falos tras de una cacería
y
hombres muertos en tierra con el ojo en el cielo
que
esta tarde también sale de cacería.
Ars
magna
Que
es la magia, preguntas
en
una habitación a oscuras.
Qué
es la nada, preguntas,
saliendo
de la habitación.
Y
qué es un hombre saliendo de la nada
y
volviendo solo a la habitación.
Canción
para una discoteca
No
tenemos fe
al
otro lado de esta vida
sólo
espera el rock and roll
lo
dice la calavera que hay entre mis manos
baila,
baila el rock and roll
para
el rock el tiempo y la vida son una miseria
el
alcohol y el haschisch no dicen nada de la vida
sexo,
drogas y rock and roll
el
sol no brilla por el hombre,
lo
mismo que el sexo y las drogas;
la
muerte es la cuna del rock and roll.
Baila
hasta que la muerte te llame
y
diga suavemente entra
entra
en el reino del rock and roll.
Leopoldo
María Panero
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